Entrevistamos a Taron Millet, cabeza visible de Shinobi 3DS

Por fin tenemos la entrevista exclusiva a Taron Millet, alguien al que sigo desde hace mucho tiempo y que hoy nos habla de su trabajo como desarrollador desde un punto de vista amplio y nos adelanta cosas exclusivas de su actual proyecto Shinobi 3DS.

Entrevistamos a Dream Box Games, creadores de Robox

De nuevo hemos conseguido otra interesante entrevista aquí en la web, y creo que hemos sido el primer medio español en hacerla a este equipo, ha sido a Dream Box Games, una prometedora compañía española de reciente formación. La cual va a lanzar en no demasiado tiempo su primer juego llamado Robox para Wiiware.

Entrevista a Strange Loop Games, creadores de Vessel

Hoy entrevistamos a Strange Loop Games, una pequeña compañía recien formada que esta liderada por algunos miembros de la desmantelada Pandemic Studios.

Entrevistamos a Broken Rules, creadores de And Yet It Moves

Pues sí gente ayer mismo os dije que tendría sorpresa para esta tarde, la cual es que hemos conseguido otra entrevista más para ir engordando el contenido de la web. Ni más ni menos que a Broken Rules que están trabajando en traernos su And Yet It Moves de Pc a Wiiware.

Entrevistamos al creador de Flipper, prometedor puzzle descargable para Dsiware

Bueno ya ha pasado bastante tiempo desde que hicimos nuestra primera entrevista a algún creador o compañía de videojuegos. Para que veáis que sigo al tanto de los pequeños emprendedores y sus juegos, hoy vamos a tener en exclusiva una nueva entrevista, esta vez con Hugo Smits que esta enfrascado en el desarrollo del prometedor puzzle Flipper para Dsiware, al que le eche hace relativamente poco el ojo encima.

Ultima hora 2022: Nations of Videogames volverá a estar operativa.
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sábado, 23 de julio de 2011

A las armas! .... digo... a las flechas!!


No deja de ser paradójico que los juegos de antes fuesen doscientas mil veces más sofisticados que los de ahora. Es una pena contemplar la industria videojueguil actual y darse cuenta de que vive anclada en 3-4 géneros cuando en teoría a más medios más espacio para la creatividad, una ecuación que por desgracia muy pocas veces termina por materializarse (honrosas excepciones que no dejan de ser excepciones). Pero en fin, yo he terminado por aceptar que los videojuegos antes y ahora son cosas absolutamente diferentes, hasta diría que el perfil de jugador ha cambiado drásticamente hasta el punto de no tener nada que ver el jugador de ahora con el de antaño. Tampoco voy a hacer un llamamiento a las armas, y qué coño! que he venido a hablar de mi libro, que yo de las consolas ya me jubilé, no sé por qué me meto en donde no me llaman.

Hablaba antes de llamada a las armas y es que con un redoble militar se inicia precisamente Pooyan, un juego cuyo nombre puede dar lugar a la broma fácil (imagínate a ti mismo de crio pidiéndole a tu padre que te compre el "poyan"), pero cuidao, cosa seria. Este es uno de esos juegos que compensa la escasez de recursos de las consolas de antaño con una imaginación desbordante.




La mecánica del juego es tan sencilla como difícil de explicar. En la introducción podemos ver como una cría de gorrino (aunque parece otra cosa) es secuestrada por un lobo; a continuación aparece la madre (que se distingue por unos mofletes considerables) para ir detrás del secuestrador de su hija. Empieza el juego. Manejamos a la madre, o más bien la polea de una especie de ascensor en el que ella va montada, tirada de la cuerda por sus fornidos niñitos gorrinos. Unos lobos empezarán a bajar de la copa de un árbol utilizando globos como si fueran paracaídas, la vida misma vamos. Nuestra misión consiste en disparar flechas para reventar los globos y que así los lobos se den de bruces contra el suelo. Si algún lobo alcanza el suelo globo mediante subirá por una escalera y se posicionará en uno de los huecos que hay en el recorrido de nuestro ascensor rústico con fin de hacernos la vida imposible, y por si fuera poco, a medida que van cayendo nuestros enemigos nos irán lanzando bolas por las cuales si somos alcanzados obtendremos una dolorosa caída (bastante gore por cierto).

Hay una sola variante de la fase y es igual sólo que en esta ocasión los lobos vienen de el suelo y suben hasta arriba en donde hay una piedra que será empujada sobre nosotros si suben efectivos suficientes como para poder arrastrarla. También tenemos la clásica fase de bonus de este tipo de juegos, en la que un lobo rosa nos tira frutas que nosotros debemos alcanzar con las flechas.. que me pregunto ¿por qué las frutas eran un elemento tan común en los juegos de antes? otro día quizás le dedique una entrada a este asunto.

En fin, todo este guirigay surrealista en un juego en el que solo necesitas dos botones para marchar y 5 segundos para hacerte a él: lo que venía diciendo al principio, el máximo rendimiento posible con el menor número de recursos, y como este juego miles... qué digo! ninguno, Pooyan, como experiencia sensorial, no tiene parangón.
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lunes, 18 de julio de 2011

Saltimbanquis vintage



Antes de que el “príncipe de persia” (que diría la jefa que tuve de cuando trabajé en el videoclub) decidiera reinventarse en su paso a las 3D y se convirtiese en un ninja prácticamente al uso, ya existieron juegos de ninjas que hicieron flipar antaño a generaciones pasadas de jugadores (servidor al menos). Habré jugado a varios, pero son dos los que se han hecho un hueco en mi cerebro, en ese espacio reservado para la nostalgia: Revenge Of Shinobi, de mi querida y difunta megadrive, y The Legend Of Kage, de la nes de mi vecino.

The Legend Of Kage - 1986, Taito- (NES)

Bueno, a decir verdad mi vecino no tenía una nes, sino una nasa, una de esas consolas con tropecientosmil juegos en la memoria que luego en realidad eran unos 50 repetidos y tuneados hasta diez o quince veces por pieza. Estos trastos no leían cartuchos originales, y ni falta que hacía, lo que venía en su interior ya nos otorgaba diversión para varias vidas y otras cuantas más, la piratería de antaño vamos.



En un hipotético top 20 (voy a tirar por arriba) de los juegos que más he disfrutado de la nes, The Legend Of Kage se haría con un puesto fácilmente. 3 pantallas creo que eran (4 a lo sumo), la primera pantalla, la del bosque, mítica; hubiese dado igual que el juego sólo tuviera esa fase, Kage trepa por los árboles cual mono, da saltos de esos que sólo se ven en Oliver y Benji, propina guadañazos con un cuchillo jamonero y lanza estrellas para reventar cabezas.. ya no hace falta nada más, sólo ponerte a correr y a saltar en total libertad por el inmenso bosque. Si tenías la suerte de matar al maestro del bosque, Master of the Wood (esto me lo he inventao), accedías a la segunda pantalla, una especie de cloaca que ya no mola tanto porque que la libertad de nuestro ninja queda seriamente menguada, pero bueno, de vez en cuando también molaba jugar a pasarse el juego.




Revenge Of Shinobi -1989, Sega- (Mega Drive / Sega Genesis)

(el shinobi dos para los amigos)

Este es ya algo más serio. Si a Kage no molaba sacarlo del bosque, la historia de Shinobi te llegaba tan dentro que querías pasarte pantalla tras pantalla hasta el final. Ardua tarea, pocas veces he visto un juego con tan mala ostia, de hecho nunca me lo pasé. Se pueden contar con los dedos de una mano las veces que llegué al último jefe, y no se pueden contar con los dedos de ni ochenta mil manos las partidas que le eché. Lo normal en cada partida que empezaba era no llegar ni a la última fase (un laberinto que ponía tus nervios al borde de la locura), algo que ya había asumido minutos antes de agarrar el mando así que cuando tocaba ver el pantallazo de Game Over tampoco no dolía tanto.

He leído en la Wikipedia que este juego supuso el debut de Joe Musashi en la megadrive. No lo conozco de nada, no sé que otros juegos ha creado, pero es un puto genio. El juego es tan inmenso (en todos los sentidos) que necesitaría varios posts para desentrañar sus virtudes y (sobretodo) deshacerme en elogios ante él.

He estado buscando tubos y lo único que he encontrado ha sido vídeos de esos típicos megajugadores que se pasan el juego con los ojos cerrados, que parece que sólo han tenido vida para memorizar todos y cada uno de los patrones de ataque de los enemigos del juego de turno para luego ejecutar la partida perfecta. Qué rabia me dan esos vídeos y cómo odio a esos individuos sin conocerlos. Que les jodan. Para evitar darles publicidad gratuita me limitaré a poner una foto de la fase de la discoteca, una de mis favoritas, ea.



En cuanto al Prince Of Persia 2.0, pues bueno, para ser un juego en 3D no estaba del todo mal.
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viernes, 8 de julio de 2011

Unos se acuerdan del Street Fighter, yo me acuerdo del Snow Bros



¿Alguna vez habéis empuñado el joystick de una recreativa durante el video de demostración mientras imaginabais que erais vosotros quienes jugabais?, yo sí, lo hacía hasta con los videos que regalaba en su tiempo Hobby Consolas, aunque en este caso tenía que echar un extra de imaginación para pensar que tenía un mando entre las manos.

Para los que nos plantábamos en los salones recreativos sin un duro (habíamos gastado la paga en chuches o estábamos bajo el control de nuestros padres) había dos maneras de disfrutar de una máquina recreativa: una, la que he explicado antes; la otra, viendo jugar a otro individuo. Años atrás, existía uno de esos locales en mi pueblo: El Tizas, un lugar demonizado por la mayoría de las madres pero idolatrado por unos cuantos crios adolescentes, que allí nos congregábamos cada fin de semana con devota puntualidad.

Mis maquinitas favoritas para contemplar fueron una sobre un juego de rallys de la que ya olvidé el nombre, y la del Mortal Kombat, cuyo gran (y tal vez único) aliciente eran los míticos fatalitys, un solo fatality ya justificaba una tarde de domingo, cuando no daba sentido al fin de semana entero. Mi favorita para jugar (que fue a partir de que mi madre me levantara la ley que me prohibía hacerlo) fue la del Snow Brothers.




¿Por qué no jugaba al Street Fighter como todo el mundo? Pues porque lo veía como el juego de los mayores; temía que mi inexperiencia fuera mofa de algún individuo que no tuviera nada mejor que hacer que apalancarse a la máquina para reírse de mí, así que opté por jugar a ese juego al que nadie jugaba. También podría haberlo hecho al tetris, pero estas máquinas siempre estaban ocupadas por chicas mientras sus meganovios hacían morder el polvo a Bison repetidas veces.

Siempre me hizo gracia cómo las grandes proezas de ciertos jugadores se caracterizaban por una nube de gente encima de la recreativa. Cuando entrabas al local y veías un montón de cabezas arremolinadas alrededor de una máquina sabías que una gran hazaña estaba teniendo lugar en aquel momento. Pero bueno, yo era ajeno a ese mundillo de “alta competición” y era feliz moviendo alegremente el joystick de un lado a otro, para manejar mi muñeco de nieve y aporreando el botón de disparo cada vez que me encontraba con un bicho. Siempre jugaba con mi primo y creo que nunca llegamos a pasar del primer boss.
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jueves, 20 de agosto de 2009

Los juegos de antes eran mejores (y 2!): LEMMINGS



Pues sí, por fin una entrada con sustancia [pensaréis los más sabios]. Y no creais que no ha costado lo suyo. Tras mi primera y última intervención por estos andurriales, pedí un aumento de sueldo; en un principio mi jefe se negó en rotundo, pero tras varios días de toma y daca............. no.. no conseguí el susodicho aumento, pero no sé que es lo que me ha llevado esta noche a autoconvencerme de que debía escribir algo, y aquí estoy, hablando de mi juego favorito.... bueno, aún no he empezado, pero va.. dentro cabecera!!



Bonita ¿verdad? Es que antes hasta las portadas eran mejores. Acudamos un poco a la wikipedia para hacer algo de historia:

Lemmings fue un videojuego programado para la computadora Commodore Amiga, publicado por Psygnosis en el año 1991.

Eso dice la wiki. Bueno, dice más, pero es lo único que nos interesa, además, PRIMERO: esto es un blog serio y aquí solo hablamos de sensaciones personales; nada de copiar de otros sitios. SEGUNDO: la única versión a la que yo he jugado es la de megadrive, por tanto lo que dice la wikipedia no me vale pa na. Es más, el artículo de la archifamosa web se enreda en datos sin importancia que aburrirían hasta al lector más sesudo; e incluso finaliza la entrada con un insulso listado de juegos influidos por el mítico Lemmings, es decir burdas copias, siendo una de ellas la del Pikmin, juego amado por el redactor jefe de este lugar, y que se encabronaría mucho si lo viera.. así que vamos a ignorar esos datos.



Mi historia con este juego se podría definir con las siguientes palabras: Amor a primera vista. Algunos dirán "¿cómo te puedes enamorar de un juego cuyo primer pantallazo que ves es eso de ahí arriba?" (fíjense en la imagen), y sí, yo también me lo pregunto, pero simplemente sucedió. Eduard Punset tendrá la respuesta, pero ni lo tenemos a mano, ni nos interesa saberlo.

La mecánica era simple a la vez que original. Se abría un portón y empezaban a caer bichos minúsculos que empezaban a andar por la pantalla, ellos solitos. ¿Que llegaban hasta una pared? rebotaban y seguía en sentido inverso ¿que llegaban hasta un precipicio? caían por él, sin más. "Qué valientes!!!" -dirá más de uno-, pero no, nada de valentía, simplemente son así de tontos. Es aquí cuando entramos en juego nosotros, que no nos limitaremos a mirar como andan estos bichillos hasta la muerte. Tenemos un cursor para moverlo por toda nuestra pantalla, tenemos una serie de habilidades (limitadas) y tenemos a unos bichos ciegos y tontos que se limitan a andar de forma automatizada... pues como esta educación nos enseña a que hay que ser altruistas y ayudar, eso es lo que haremos inconscientemente, no hacen falta instrucciones, viene en nuestro código genético, vamos a ayudarles, porque somos buena gente, y claro.. porque estamos jugando a un juego y se trata de pasar pantallas.

Así que lo único que haremos será pulsar sobre la habilidad elegida, dirigirse al lemming elegido y darle la capacidad de cavar, construir, escalar, ser mery poppins (eso del paraguas para no desnucarse contra el suelo), explotar.... en fín, todo un arsenal de habilidades, y a darle al coco, que para ver la siguiente pantalla hay que llegar hasta la salida (flanqueada por un par de antorchas) y salvar a un número determinado de lemmings, antes de que el tiempo llegue a su fin y con las habilidades disponibles.



Cabe la pena destacar sin duda la tremenda adicción que produce este juego. No sé si sabéis aquello de que las consolas de antes se quemaban. Bueno.. algunos piensan que eso es una leyenda urbana; pues bien, no es ni una cosa ni la otra. Las consolas de siempre se han quemado, la diferencia es que los juegos de antes tenían esa capacidad de hacernos estar pegados a la pantalla durante más de 95 horas consecutivas, así que muchas de ellas acabaron achicharradas, las de ahora tienen esa "suerte".

La verdad que es un poco tontería explicar el funcionamiento de este juego. Muchos ni lo jugaréis, total ¿pa qué? habiendo lo que hay ahora... Pues yo os diré lo que os estáis perdiendo! Horas y horas de diversión repartida en cientos de niveles: parajes inhóspitos, bosques encantados, trampas por doquier; emoción a raudales; disparatados retos mentales (sí sí, hay que darle al coco, no vale con ser la Madre Teresa de Calcuta); y la satisfacción de estar ayudando a una civilización de seres diminutos que nos recompensarán a la finalización de este juego ¿Cómo? ni yo ni nadie se lo ha pasado todavía, es tan sumamente retorcido el cabrón que sudaréis neuronas y acabaréis al borde de la desesperación.


"esta imagen es de una versión más actual y castañera"

En definitiva, un juego que pondrá a prueba nuestros nervios, pero que a la vez nos incitará una y otra vez a coger el mando. Una auténtica droga, en definitiva, auténtica y deliciosa (la música es lo mejor de este juego).
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viernes, 27 de marzo de 2009

Marble Madness (... o la excusa perfecta para hablaros sobre mi primer día de trabajo)


Ojalá estuviera igual de nervioso que ahora al comenzar en cada nuevo puesto de trabajo que me encontrase a lo largo de la vida -también ojala pudiera decir que en mi vida voy a encontrarme con muchos, muy diversos y enriquecedores [no sólo hablo de dinero, malpensaos] puestos de trabajo, pero eso es ya otro cantar-.

Tomar la decisión de escribir en este blog no es algo que me haya llevado de cabeza, pero os aseguro una cosa, las llamadas que hacía Stanley Kubrick a altas horas de la madrugada a Stephen King cuando éste primero quiso perpetrar su particular visión de la obra del inflado novelista estadounidense, no son nada comparadas con la persecución y el acoso al que mi actual redactor-jefe me ha sometido durante las últimas semanas con tal de contar con mis prestaciones para este blog... que ya ves tú, ni tengo tablas en periodismo, probablemente carezca de alma de redactor, y mis conocimientos sobre la materia son escasos y no van más allá de las 32 bits, que es donde se quedó to lo bueno y a la vez donde se estancó un servidor (casualidades... ¿no? simplemente, no merecía la pena seguir, aunque muchos insensatos lo hicieran en su día).


Desde el principio tenía muy claro que quería hablar sobre esa obra maestra sin parangón del mundo videojueguil (mentira cochina, he tenido dudas, pero queda muy bien decir que tienes las cosas claras delante de tu jefe). Un juego que me sedujo en su momento y que tuve a bien rescatar a propósito de mi primera peripecia como blogger, así que corrí apresurado (también mentira) al trastero a recuperar mi vieja y polvorienta nes. Las lágrimas se me saltaron cuando extraje de entre mi colección de cartuchos el juego de las bolitas (esto ya no es mentira) y lo introduje en la ranura.



Mucho se ha hablado por los interneses, y mucho se hablará (cómo no), de esta visionaria obra del ocio doméstico (el logo MB pegado a la solapa del cartucho no engaña amigos), así que si esperáis leer algo nuevo sobre este juego os sugiero que os vayáis a otro sitio, ya que aquí sólo leeréis absolutas, subjetivas y descontroladas proclamas fruto del arrebato de un romántico de las antiguallas videojuegueras.

Marble Madness, ya de entrada, fue el primer videojuego en utilizar gráficos pseudo-3D, y esto ya debería ser un apaga y vámonos porque estamos hablando de los mismísimos años 80 [1984, para ser exactos], pero merece la pena seguir hablando, ya que más allá de las capacidades visionarias de este trabajo, hay algo más que una simple innovación gráfica. Su creador, Mark Cerny, no contento con lo de los gráficos, dotó al artefacto de una jugabilidad y un nivel de dificultad a prueba de bombas capaz de arrastrar al jugador a repetir compulsivamente partida tras el logo de game over. Es un juego corto (no va más allá del cuarto de hora, he calculado), lo cual hacía mucho más sencillo el que el jugador llegase rápidamente al punto de atasque para superar su marca.



La mecánica del juego en sí, es simple. Controlabas una bolita que manejabas a tu antojo por los mencionados escenarios 3D mediante el cursor. El objetivo era llevar la esfera a la meta, salvando un recorrido plagado de todo tipo de desniveles (las curvas, cuestas y cambios de rastante que hay camino de Ruidera, en carretera, no son nada), trampas y despiadadas criaturas que venían básicamente a molestar (así es amigos, habéis acertado, la célebre expresión "no me toques las pelotas" viene de aquí). ¿Lo mejor? como ya apuntaba, una curva de dificultad galopante que pone a prueba la destreza y paciencia del jugador más exigente, a la vez que invita a volver a jugar de manera enfermiza.

De hecho cuando yo era un crió, más de una bronca materna (y más de dos) me he llevado al propinar golpes contra lo más cercano que he tenido en ese momento, o soltar barbaridades por mi boquita de querubín, fruto de la desesperación al no poder pasarme el juego tras centenares de intentos. Tengo que confesar que para cuando me pasé el susodicho ya había utilizado cuchilla de afeitar alguna que otra vez [eso es una pista para que os deis cuenta de que pasaron algunos años hasta que me lo pasé, ya que mis primeras partidas a este juego datan de cuando el aquí presente era poco más que un moco].



Poco más que decir al respecto, aparte de recomendar fervientemente este juego a quien no lo haya degustado y piense que antaño los gráficos eran una mierda. Todo el mundo se dará cuenta en los primeros segundos de visionado que el entorno gráfico de este juego patalea a las generaciones actuales (y venideras) del mundo videojueguil; sin hablar de por ejemplo Pixar, a la que también podría mencionar.... bueno.... ya lo hice. Ahora ya fuera de coñas, juego totalmente recomendable, vistoso, absorbente y muy muy muy adictivo, que puede llegar incluso a perturbarnos estando en la cama, a horas intempestivas, sin poder pegar ojo y con la mente clavada en las pantallitas del juego.

Para rematar iba a poner un tubito, pero me he fijado que casi todos los que hay sobre este juego consisten en "Ey!!! me he pasado el juego en 3 minutos y medio!!!", y eso la verdad que no interesa probablemente ni a la madre ni a los mejores amigos de ese virtuoso de las canicas. También me he fijado que del juego se han hecho muchas versiones, algunas de ellas para las nuevas generaciones... bla bla bla... homenajes... bla bla bla... soy juego de culto... bla bla bla... y todo lo que ello conlleva... bla bla bla... pero bueno, eso lo dejo para una futura probable ocasión, quizás cuando haya cumplido mi entrada mil, a modo de celebración-auto-homenaje. Además que para entonces supongo que me habré documentado un poquito más.

Saludos.
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